No me cuides como si fueras a estar toda la vida a mi lado, como si fueras a fundir tus pasos con los míos y caminar de mi brazo con descuido. No me hagas promesas de tiempos pasados, ni traigas a mi corazón papeles ensangrentados que nada podrán decir prueba y contraprueba. No jures sobre tu vida y la mía que no habrá juez ni experto policía que pueda afirmar que a tu lado yo no le temeré al SIDA. Mejor, enséñame a cuidarme y así, estarás salvándome |
PULSAR SOBRE LOS ICONOS
jueves, 22 de octubre de 2009
Enseñame a Cuidarme
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