La victoria sobre el miedo a la vida, abre las puertas a nuevas perspectivas. En realidad, lo que mata la novedad no son los demás, sino el miedo de uno mismo de ir y experimentarlas. Hay el temor de lo desconocido y esto impide que un individuo rompa sus propios paradigmas. Pero, ¿qué realmente perdemos al mantener una vieja postura? Probablemente, perdemos el maravilloso chance de cambiar el curso de nuestra propia historia. Somos los arquitectos de nuestra propia existencia pero, para que realmente ejerzamos nuestra "profesión", necesitamos mucho coraje. La recompensa es muy alta.
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