La vida carece de valor si no nos
produce satisfacciones. Entre éstas, la más valiosa es la sociedad racional,
que ilustra la mente, suaviza el temperamento, alegra el ánimo y promueve la
salud.
Nada ni nadie es indispensable. Ni
una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir, porque
cuando tú viniste a este mundo llegaste solo.
Cuando naciste tú, todos alrededor
sonreían. Vive la vida de manera que cuando mueras tú sonrías y todos alrededor
lloren.
Si quieres que algo se haga bien,
hazlo tu mismo con el corazón.
La bondad y la esperanza deben de
ser cualidades de un soldado de lo Divino.
Si buscas alguna respuesta en la
vida, no olvides de buscarla dentro de ti.
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